“Aquel que ha iniciado en vosotros esta buena obra,
la llevará a su cumplimiento hasta el día de >Cristo Jesús”
(Flp. 1,6)
OPTAMOS POR UN MODELO DE FORMACIÓN
Que fiel al evangelio, al carisma y a la Iglesia favorece la maduración de personas y comunidades felices, discípulas centradas en Cristo, Buen Pastor y apasionadas por el Reino, como la primitiva comunidad cristiana y la comunidad de Mornés.
Un modelo formativo cuyo fin es la maduración integral de la persona, en una configuración progresiva con Cristo, apóstol del Padre, según el proyecto de vida trazado por las Constituciones de las FMA.
En un proceso gradual que genere mujeres de comunión, capaces de opciones claras, libres, conscientes de que son las primeras y directas responsables de su propia formación; que respeta los ritmos de crecimiento personal y permite descubrir, purificar, asumir y valorar en sí mismas los rasgos característicos del carisma salesiano. Que exige disponibilidad interior para acoger su propio crecimiento vocacional, como un camino de liberación de lo que impide una respuesta de amor plena y total.
Fomenta la vivencia de valores básicos humanos – cristianos y privilegia la experiencia humanizante y humanizadora de crecimiento personal y comunitario, que lleva a la persona a vivir en actitud de discernimiento en los acontecimientos de la vida.
Que capacita para la misión y se realiza con el estilo formativo del sistema preventivo propio de la misión educativa salesiana: sensible a los nuevos desafíos, nuevas interpelaciones y exigencias de los distintos escenarios sociopolíticos del mundo actual, y nos dispone a ir al encuentro de los y las jóvenes de las clases populares, especialmente los más pobres. Por ello, asume las características de la específica experiencia del Espíritu Santo que Don Bosco y Madre Mazzarello nos han trasmitido y que nosotras, personal y comunitariamente, tenemos el deber de vivir y desarrollar con corazón oratoriano en sintonía con la Iglesia.
Las coordenadas que lo hacen posible son: la comunidad local e Inspectorial inserta en la realidad juvenil, popular y misionera del Ecuador, las múltiples mediaciones educativas, el diálogo con la Iglesia, la sociedad y las culturas, la familia salesiana, el tiempo como variable esencial de crecimiento, las diversas experiencias formativas de la vida compartida con las y los seglares.
Que descubre en María, madre y educadora de toda vocación salesiana, la inspiradora de un estilo de vida religiosa que, en la escuela de la Palabra, responde a las exigencias de los tiempos para ser, como ella, signo y expresión del amor preventivo de Dios a los y las jóvenes.
Nuestro Objetivo: Fortalecer, en cada Hija de María Auxiliadora y en cada comunidad, la conciencia de ser discípula misionera de Jesucristo mediante la profundización y vivencia de la identidad carismática para el servicio del Reino.
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SOCIEDAD DE MADRES SALESIANAS
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